
De monasterios y miradores: una ruta mística por la Mallorca más espiritual
Hay una Mallorca que se recorre sin prisas, en silencio, con los sentidos despiertos. Una isla de piedra dorada, de caminos que suben hacia ermitas, de campanas que suenan entre montañas. Desde el Hotel Mon Port & Spa, te proponemos una ruta distinta, perfecta para reconectar contigo y con la naturaleza: una escapada mística entre monasterios históricos, miradores con alma y paisajes que invitan a la contemplación.
Valldemossa y la Cartuja: historia, música y recogimiento
Nuestra primera parada nos lleva al corazón de la Serra de Tramuntana, Patrimonio Mundial por la UNESCO. En Valldemossa, uno de los pueblos más bellos de la isla, se encuentra la Real Cartuja, un antiguo monasterio convertido en museo, célebre por la estancia de Chopin y George Sand.
- Pasea por sus jardines, visita las celdas monacales y escucha fragmentos de música del compositor polaco.
- En verano, acoge conciertos y eventos culturales.
- Desde el mirador del pueblo, la vista del valle es simplemente inolvidable.
Puedes aprovechar para visitar también la ermita de Santísima Trinidad, un rincón escondido entre pinos, a pocos minutos en coche.
Miramar y Son Marroig: espiritualidad frente al mar
A mitad de camino entre Valldemossa y Deià se alza Miramar, antigua posesión y monasterio fundado por Ramon Llull en el siglo XIII. Allí creó una escuela de lenguas para evangelizar en el norte de África y escribió buena parte de su obra mística.
- La visita incluye el monasterio, el claustro, jardines con vistas al mar y una de las mejores panorámicas de la costa.
- Muy cerca, Son Marroig, antigua finca del Archiduque Luis Salvador, ofrece una atmósfera romántica y contemplativa, con su templete blanco asomado al acantilado.
Ambos lugares son perfectos para respirar historia, naturaleza y belleza en estado puro.
Sant Salvador y Randa: miradores con alma
En el Levante mallorquín, dos cimas ofrecen una experiencia más introspectiva y menos turística:
- El Santuario de Sant Salvador, cerca de Felanitx, se encuentra a 509 metros de altura. La carretera serpentea entre pinares y culmina en un mirador de 360° sobre el sureste de Mallorca.
- En Randa, la subida te lleva a tres santuarios consecutivos (Gràcia, Sant Honorat y Cura), cada uno más sereno que el anterior. El de Cura, en la cima, es donde Ramon Llull pasó largas temporadas de meditación.
Ambos destinos invitan a caminar, observar, y dejarse llevar por el silencio y la vista.
Desde Mon Port: tu punto de partida para reconectar
Port d’Andratx puede ser el punto de partida ideal para esta ruta mística. Tras una jornada de visitas, no hay mejor recompensa que una cena tranquila en la terraza del hotel, un masaje relajante o un paseo entre palmeras al atardecer.
En Hotel Mon Port & Spa creemos que el verdadero lujo también reside en estos momentos de paz. Por eso te animamos a descubrir la Mallorca espiritual y contemplativa, esa que no aparece en todas las guías, pero deja una huella profunda en quienes la viven.