Islas y naturaleza: una escapada a Sa Dragonera desde Port d'Andratx
Frente a la costa de Sant Elm, una silueta se extiende sobre el horizonte. Dicen que, vista desde el aire, parece un dragón dormido, con la cabeza hundida en el mar y el cuerpo recubierto de verde. Así es Sa Dragonera, una isla tan misteriosa como hermosa, que guarda historias de piratas, fareros y naturaleza intacta.
A apenas 20 minutos en coche desde Mon Port Hotel & Spa, el puerto de Sant Elm es el punto de partida para visitar uno de los rincones más fascinantes del suroeste de Mallorca. Desde allí, pequeñas embarcaciones conectan cada día con la isla —especialmente en los meses templados—, ofreciendo una travesía corta pero inolvidable sobre aguas turquesa.
Un parque natural entre leyenda y mar
Convertida en Parque Natural en 1995, Sa Dragonera forma parte de un archipiélago protegido junto a los islotes des Habits y Pantaleu. Sus 4 kilómetros de longitud conservan una biodiversidad única: lagartijas endémicas que solo viven allí, halcones, gaviotas y un mar cristalino que cambia de color con la luz.
El nombre de la isla proviene precisamente de esas lagartijas, llamadas dragones por los pescadores antiguos. Y aunque nunca ha tenido grandes poblaciones humanas, sí fue refugio de contrabandistas, pastores y fareros. Todavía pueden visitarse los restos del Faro de Llebeig y del Faro de Tramuntana, ambos con vistas espectaculares al mar abierto.
Rutas para explorar sin prisa
La isla se recorre a pie, por caminos bien señalizados que parten del embarcadero principal, en Es Lledó. Existen cuatro rutas principales, con distintos niveles de dificultad:
- Camí de Tramuntana (hasta el faro del norte): ideal para quienes buscan vistas panorámicas del canal y la costa de Andratx.
 - Camí de Llebeig (hasta el faro del suroeste): una caminata más exigente, perfecta para los amantes del senderismo.
 - Camí des Coll Roig y Camí des Far Vell: opciones más cortas, rodeadas de vegetación y silencio.
 
El tiempo en la isla parece detenerse. Solo se oyen los pasos sobre la piedra y el murmullo del viento entre los pinos. No hay bares ni restaurantes, solo naturaleza pura, así que se recomienda llevar agua y algo ligero para disfrutar de un almuerzo improvisado con vistas infinitas.
Una experiencia que deja huella
Visitar Sa Dragonera es descubrir la Mallorca más salvaje, la que aún conserva su alma intacta. Desde Mon Port Hotel & Spa, la excursión puede convertirse en un plan perfecto de medio día: un paseo en barco, una caminata entre miradores y el regreso al puerto para brindar al atardecer con una copa de vino frente al mar.
Entre el rumor del agua y el eco de las leyendas, la isla recuerda por qué el Mediterráneo sigue siendo un lugar de historias eternas.